Los papás fueron invitados a este último taller.
Se repartieron bandejas con arcilla y Pedro les explicó que sería un trabajo mágico.
La arcilla bien pisada contra el piso de la bandeja y después con un clavo, a dibujar lo que tuvieran ganas.
Luego, Luciana les echaba un líquido blanco que iba a endurecerse en pocos minutos.
Y para sorpresa de todos, cuando se desmoldaba, sus dibujos aparecieron al reves!!
Fue un día inolvidable para todas las familias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario